Missing: Desaparecido

No puedo soportar a los jóvenes norteamericanos que viven a costa de sus padres y de todo el país, y que no encuentran nada mejor que quejarse y gimotear.

En los años 60-70, Costa-Gravas era uno de los directores de temática política más importantes de toda Europa, además de un cineasta muy respetado en Estados Unidos. Suyos son clásicos como Z (1969), La Confesión (1970) o Estado de Sitio (1973); por lo que no era de extrañar que tarde o temprano acabase en EEUU rodando alguna película de temática parecida a las de su filmografía.

El director franco-griego se fijó en el caso real de Charles Horman, un joven norteamericano desaparecido durante el golpe de estado en Chile de Augusto Pinochet, y la lucha de su mujer y su padre para buscarlo en mitad del golpe y con todas las trabas diplomáticas que se puedan imaginar.

Para los dos papeles principales recurrió a un actor consagrada, Jack Lemmon, y a una de las jóvenes actrices del momento, Sissy Spacek. El duelo entre ambos es tremendo, aunque sin duda el personaje principal y de mayor peso en mi opinión es el de Lemmon, Ed Horman, el cual ha pasado a la historia como una de esas voces que suenan en mitad del silencio.

No solo es la historia de una joven y liberal esposa, y un padre conservador (dos formas de ver la vida que chocan de inmediato) en busca de su esposo e hijo. Sino que tiene de transfondo la historia que encontraremos en muchos países sudamericanos, y es el obseso control de EEUU por dirigir el futuro de Sudamérica. El colaborar en los distintos golpes de estado cuando el dirigente que obstentaba, o aspiraba al poder, no era de su agrado; y en este caso, Salvador Allende. Charles Horman es un joven americano progresista que vive en Chile con su esposa porque les gusta el estilo de vida del país y que haciendo trabajillos de poca monta viven sin mayor problema. Ed no soporta ese estilo de vida, esa busqueda de emociones alejados de la seguridad de su país.

La seguridad de Ed, su total fe en el gobierno de su nación e infatigable esfuerzo por encontrar a su hijo en mitad de ese embrollo hará que realmente nos sintamos protegidos por él, y sintamos aún más a su causa, a pesar de como se irá desarrollando la historia.

Algunas de sus escenas deberían pasar a la historia por la simple razón de que no hay forma de despegarlas de la retina o de la memoría. Como la del estadio cuando hablan con el megáfono; la del depósito de cadáveres; o en la que Lemmon pide que le devuelvan a su "único" hijo.

Merece la pena destacar también la curiosa banda sonora del también griego Vangelis, que no firma aquí su mejor trabajo pero si que acompaña a la imagen perfectamente cada vez que hace aparición.

La película causó una fuerte polémica en EEUU por la acusación a la CIA de colaborar en el golpe de estado y en la desaparición de Charles Horman. A pesar de ello, obtuvo la Palma de Oro en el festival de Cannes, y el premio a mejor actor para Jack Lemmon (en el que creo que es su mejor trabajo); y el Oscar a Mejor Guión Adaptado.

Mi nota: 10!

P.D.: Como siempre, es una película que recomiendo encarecidamente, pero advierto de su dureza.