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Un condenado a muerte se ha escapado: Meditando una fuga



Si mi madre pudiera verme...

Las obras maestras lo son, además de porque lo reconocemos con parcialidad, porque nos gustan; y siempre he creido que hay dos tipos. Las que se sustentan en una buena historia, original, compleja y bien hecha; o las que tienen la historia más simple pero mejor narrada y dirigida. La película de hoy pertenece al primer tipo. Ya veréis porqué.

Fontaine es un joven perteneciente a la resistencia francesa durante la ocupación alemana del país. Ha sido capturado y es llevado a la prisión de Fort Montluc, Lyon. Desde el primer momento intenta escapar aunque no lo consigue. Ya en prisión, su única motivación es fugarse, por lo que comienza a planearlo. Seremos testigos de cada paso que da Fontaine (François Laterrier) hasta llegar al momento decisivo.

Es así de simple. Capturan a un tipo y este decide fugarse. Películas como estas hay a patadas, pero sería impensable ponerla en el montón, no. Esta película es especial. Y ojo, no habla en ningún momento de fraternidad, esperanza o amor como The Shawshank Redemption, otra obra maestra del género, no. La clave de esta cinta, además de su sencillez, es el modo en que fue rodado.

En cierto modo me recordó a 12 Angry Men ya que esta primera fue rodada casi exclusivamente en la habitación donde el jurado meditan, e incluso a la más reciente Buried, donde tanto protagonista como público se pasan la cinta entera en un ataúd. Digo todo esto porque en Un Condamné à mort s´est échappe ocurre casi lo mismo. Únicamente tenemos a Fontaine en su celda maquinando el modo de fugarse en V.O. Paseando de un lugar a otro; tratando de truca la puerta; rompiendo las baldas; paso a paso del que somos testigos a su vez que padecemos la angustia de ser descubierto antes de tiempo y de que el plan salga bien. En unas cuantas escenas vemos como baja junto a otros presos a un diminuto patio a asearse donde no pueden hablar.
Merece mil y un elogios la habilidad con la que se usó la fotografía para dar una mayor sensación de aprisionamiento. Primeros planos tanto de los personajes como de partes de sus cuerpos, manos, ojos; como de objetos.Como cuando se mueve, muestra lo que debe y deja a la imaginación del espectador lo demás.

Llegados a un punto avanzado de la historia, cuando queda poco para su fuga, le es asignado un compañero de celda, un joven frances del que Fontaine sospecha y con el cual llegará al punto de pensarse el liquidarlo o no.
Y no solo eso, porque hay otro gran protagonista en la película, y es el silencio. El silencio en el que el tío maquina todo su plan, en el que lo pone en marcha, el silencio que invade por la noche la prisión y la atención a cualquier ruido que suponga un indicio de la llegada inminente de guardias.

Así es casi toda la cinta. La única música que escuchamos en ocasiones, Mozart: 7 fragmentos del movimiento del "Kyrie Eleison" de la Gran Misa, K. 427.

Por esta cinta, el particular director francés Robert Bresson se llevó el premio a Mejor Director en Cannes.


"El viento sopla donde quiere, y aunque oyes su
ruido, no sabes de dónde viene y a dónde va".

Mi nota: 9

2 comentarios:

  1. Creo que también le puse un 9. Es excelenteee, el argumento más simple del mundo, contado espectacularmente. El tamaño de los planos, encierra, somos los ojos y sobre todo los oídos, del protagonista. Suspenso del bueno!!!
    Y cuando todo parece que se transforma en llanura, aparece el condimento de acrecienta el problema (el compañero de celda). ;D

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  2. Excelente página.Es curioso, pero yo he inaugurado hace poco un apartado en mi blog dedicado a gente fracasada. Lo tuyo es el complemento perfecto que necesitaba. Me adhiero con tu permiso. Un saludo.

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