Películas: El Secreto de sus Ojos

A falta de degustar títulos como Mary & Max, Invictus, The White Ribbon, A Prophet, An Education, o varías más como esas, puedo asegurar en este mismo instante, que la argentina, es la mejor película del 2009 que he tenido ocasión de ver y disfrutar. Porque esta película cumple a la perfección lo que implica pertecer al selecto grupo del buen cine. ¿Qué digo bueno? Extraordinario. Si fuese argentino, personalmente, estaría más que orgulloso de esta cinta. Aunque lo estoy bastante por Celda 211, El Secreto de sus Ojos es muy superior a la española, aunque compararlas entre si me parece un error.

No quería escribir este artículo reseñando lo que ya he leído en otros 20 posts como la ficha artística/técnica, el argumento y demás. Quería ir al grano, al porque es la obra maestra que es. Pero puesto que siempre puede aparecer alguien que no haya tenido ocasión de verla, ni sepa de que va, lo haré, brevemente.

Benjamín Espósito acaba de jubilarse después de trabajar en un Juzgado durante gran parte de su vida. Ahora, con tiempo libre, decide escribir una novela sobre un asesinato ocurrido años atrás y que marcó su vida para siempre. Al reescribir la historia no puede evitar analizar también su propio pasado y como podría haber sido sin que el protagonista se hubiese visto mezclado en dicho suceso.

Juan José Campanella, director de "El Hijo de la Novía", la cual juro que pienso ver, es el responsable principal de semejante peliculón, que nos transporta hasta los años 70 argentinos y que mezcla a la perfección (de verdad, a la perfección) drama social, cine negro, thriller, romanticismo y humor; además de contar una historia tan bella y dura, que dificilmente podré olvidar.
El personaje principal, Espósito, interpretado por el siempre creíble Ricardo Darín, es alguien con el que podemos identificarnos y al que acompañamos tanto en la investigación, como en la posterior busqueda de respuestas. Lo que le duele a él, nos duele a nosotros; lo que siente él, lo sentimos nosotros. Esposito sufre por su amor a Irene Menéndez, y nos sufrimos con él, además de enamorarnos de ella; también debido a la gran actuación de Soledad Villamil. Pero si tengo que destacar a alguien de todo el reparto es a Guillermo Francella, dando vida a Pablo Sandoval, compañero de juzgados de Espósito, y que literalmente, me rompió por la mitad, no solo con su interpretación, sino por el trágico final de su personaje (no diré más).

Pero y que más merece la pena destacar de esta película:

La historia. La historia es una de las más bellas a las que he tenido acceso en la vida. Ante todo es real, es creíble, es muy humana. Es bella a la par que trágica. Es tan enternecedora como cruel. Su desarrollo es exquisito, lo puedes casi palpar en todo momento. No dejan de ocurrir cosas que nos llaman la atención y que inteligentemente van apagándose cuanto más nos aproximamos al final. Final, que como digo, es de los mejores que he visto este año junto quizás al de Gran Torino o District 9.

Las interpretaciones, como ya he señalado anteriormente, junto a una gran labor de dirección, y un solido y fuerte guión, son los pilares necesarios para hacer de esta película, algo que sobresalga entre tanta mediocridad a las que poco a poco parece que nos acostumbramos.

El clasicismo que denota la cinta nos recuerda, que no solo lo nuevo es bueno; que la forma clásica es buena, no por ser pionera en su momento, sino simplemente, porque funcionaba.

Porque el mirar atrás, por mucho tiempo que pase, siempre duele. Porque es inevitable, porque nuestro pasado forma parte de nuestra vida, y siempre estará ahí, detrás nuestra. Porque más vale acostumbrarse a su presencia y apreder a vivir con él.

Y mención especial al increíble travelling sin cortes de exactamente 5 minutos de la parte del estadio de fútbol. Por favor, que alguien me explique como se ha hecho esa escena, por favor. En cierto modo necesito saberlo.

El Secreto de sus Ojos, de momento, y desbancando para alegría de Pabela imagino, a Moon; la mejor película que nos ha dado este pasable 2009.
De verdad, si no habéis tenido aún la oportunidad de verla, hacedlo.