Trabajé dos años como albañil en Estados Unidos, cabrón.
Sí una película me gusta, la recomiendo. Sí encima la película es española, y me gusta (algo raro de cojones) pues entonces la recomiendo el doble. En este caso, hablamos de la última cinta de Iciar Bollaín, También la lluvia.
No sé si fue la compañía, el entorno, el día en si, o una mezcla de todo lo mencionado anteriormente, pero el caso es que disfruté, y mucho, de la película.
Para empezar, También la Lluvía rompe el esquema de típica película española. Lo primero que me sorprendió fue el acabado técnico. Me recordaba mucho más a una película de presupuesto, la imagen, la fotografía, la maravillosa música de Alberto Iglesias, todo, me hizo olvidar que veía una cinta española.
Continuamos, la historia, escrita por Paul Laverty, guionista habitual de Ken Loach desde 1996, y responsable de magníficos libretos como El viento que agitaba la cebada, Un mundo libre o Buscando a Eric. Laverty es pareja de Bollaín desde hace tiempo, y buscaban la oportunidad de trabajar juntos. Este proyecto pasó a ser algo personal, y se nota, porque tanto uno como el otro, se nota que han cumplido un sueño de poder dar al mundo algo de los dos. Cariño y reflexión han estado presentes en el proceso de elaboración de la película. Eso le da puntos.
Sebastían (Gael Garcia-Bernal) es un comprometido e idealista director de cine que lleva soñando con el proyecto de retratar el impacto español en los indígenas americanos desde hace siete año, para ello ha contado con Costa (Luis Tosar) un productor que busca lo mejor para el proyecto ahorrándose el máximo posible. Desde el punto de vista del primero, vemos las dificultades del rodaje, entremezclando imágenes de la propia película, y su empeño de retratar algo pasado. En el caso de Costa, vemos lo mismo que ocurre en la película pero en la actualidad, cuando el gobierno boliviano decide privatizar el agua y comienzan las revueltas. Costa, una persona fría y calculadora, sufre una transformación al vivir de primera mano el sufrimiento de la población local y no puede evitar mantenerse al margen.
Pero en mi opinión, el personaje que más me gustó fue el de Karra Elejalde como Antón y Cristóbal Colón, ridiculizando y mostrando la hipocresía, falsedad y cobardía del grupo de actores que participan en la película. Manido personaje, conflicto, casi fuera de lugar, pero que tiene una razón de ser y entiende casi mejor que nadie lo que hay a su alrededor... y le asquea.
Y para acabar, la película representa a España en los Oscars como Mejor Película de Habla no Inglesa. Me parece una gran decisión. De las tres candidatas, esta es superior a los otras dos. Celda 211 triunfó en España, pero en Estados Unidos están acostumbrados a ver este tipo de películas, no por ello la menosprecio, para nada. Pero Celda 211 se lo llevó casi todo por delante hace un año; volver a resucitarla ahora... ¿para qué? Prueba con otra, aunque sea para hacerle publicidad gratis, que lo merece. De otros films como Lope o Balada triste de una trompeta, mejor ni hablar.
Llego a una curiosa conclusión. Del cine español que nos ha llegado este año, dos cintas están por encima de la media, Buried y También la lluvia, curiosamente, ninguna de los dos tiene guionistas españoles. ¿Será ese nuestro problema, los mensajeros en vez del mensaje?
Mi Nota: 9
Vengo de verla tambien y me ha encantado.
ResponderEliminarBuena decision de cara a los oscar. Hay que admitirlo, con esta pelicula tenemos posibilidades. Me encanta como esta contada, las actuaciones, el ambiente, la musica (preciosa) y lo que trata. Todo esta muy bien trabajado.
saludos