Black Swan: Nina Portman

My sweet girl...

Ballet, cosa de niñas. Esa es la percepción que muchos tienen sobre el mundo del ballet, y a primera vista puede ser así. Por muy fuerte que esté un bailarín de ballet, ahí va con pompones rosas. Pero ahí mucho más, y ese es el principal acierto de Aronofski. Si en The Wrestler (película que se asemeja mucho Black Swan) conocíamos íntimamente a los luchadores de Wrestling, en esta vemos el lado oscuro de las dulces y hermosas bailarinas.

Nina (Natalie Portman) es una de las mejores bailarinas de su compañía de ballet, aunque relegada a un segundo plano. Vive por y para el ballet, presionada por una madre (Barbara Hershey) obsesionada con ella y con su carrera. Pero la llegada de un nuevo director (Vincent Cassel), la "retirada" de la veterana Beth (Winona Ryder), junto a la aparición de una nueva y enigmática bailarina (Mila Kunis) y la elección de Nina como bailarina principal en la representación de "El Lago de los Cisnes" de Tchaikovsky harán que el mundo de esta cambie por completo.

A partir de aquí, comienza el auténtico thriller, una perfecta mezcla de tensión sexual, miedo, angustia, nervios, que si bien Aronofski ha sabido explotar, quizás no haya conseguido llevar hasta el punto más alto.

Vemos topicazos como la madre obsesionada a la que debemos odiar por ser tan insistente, pero no está perfectamene explotado. Vemos a las otras bailarinas celosas de Nina, y ella que sufre por ello, pero no nos transmite mucho. Muchos dirán que esta es la mejor interpretación de la historia de Portman. No estoy de acuerdo. Solo el sacrificio y el esfuerzo que se ve en pantalla merecen un Oscar y todos los premios del mundo, pero Portman hace de Portman, niña tímida y continuamente triste que mira a cámara con cara de pena. Yo la he visto así en casi todas sus películas, pero aún así esta genial. Seis meses de duro entrenamiento, las magníficas coreografías, demuestran lo grandísima actriz que es.

Lo mismo pasa con Kunis, que si, que entrenó mucho, pero hace el papel que siempre hace, guarrona con mirada lasciva y punto.

El personaje que si me sorprendió gratamente fue el de Vincent Cassel, soberbio.

A mitad de la cinta, la historia se vuelve realmente tensa, como si de una montaña rusa se tratase, sientes que estás viendo cine del bueno, del que crea escuela; y es que si seguimos el símil de la montaña rusa, la última y más brutal caída ha de ser el final. Pero en el caso de Black Swan, el final de la cinta, la última escena, ese brillante final que me decían mis compañeros por Facebook, es cuando bajamos de la atracción. Es sinceramente decepcionante. Los últimos cuatro minutos de la película JODEN por completo el resto. Muy previsible, demasiado fácil y obvio. ¿Cómo coño alguien como Aronofski hace una película tan buena como esta y la desinfla por completo al final? Quiso repetir la misma jugada que en The Wrestler, la cual funcionó, pero en este caso no.

Lo último que oímos son aplausos. Recuerdo que leí por algún lado que una de las personas que asistió al estreno notó que la gente aplaudía al final de la cinta, la gente del público, pero que se entremezclaba con el sonido de la película, y daba la sensación de que había muchas más personas aplaudiendo. Pues bien, yo no habría sido una de ellas. Me encantó el 94% de la película; el final me hundió por completo.

Mi Nota: 86