"¡Yo no soy un animal!, ¡Yo soy un ser humano! ¡Yo... soy... un hombre!" Finales del siglo XIX. Frederick Treves, un eminente cirujano de la Universidad de Londres acude a un circo de variedades para contemplar la sección de los fenómenos (freaks), entre los que se encuentra "El Hombre Elefante". Impresionado a causa de su estado, Treves consigue apartarlo del lado del cruel feriante que lo retiene, y lo lleva al hospital donde trabaja para poder tratarlo y cuidarlo de un modo más humanitario. Debido a su monstruoso aspecto y su falta de comunicación, Treves toma al hombre elefante, o Joseph Merrick, como retrasado. Aunque poco a poco ira descubriendo los verdaderos temores y traumas Merrick, y que en realidad esconde a una "bellísima" persona. Noble, inteligente y compasiva.
Con esta cinta, el genial David Lynch demostró al mundo entero, que aunque con ese toque inquieto y personal que firmaba con cada una de sus cintas, era capaz de trasformarlo en una cinta comercial como "The Elephant Man".
Para empezar, Lynch se decanta por una bella fotografía en blanco y negro como Scorsese ese mismo año con Toro Salvaje; (Inolvidable la primera escena en la que Treves se va adentrando en la sección de los fenómenos, como introduciéndose en un mundo extraño y desconocido; o el pase privado a los 10 minutos de película, en la habitación alquilada donde viven el feriante con el niñlo y Merrick). Eso le aportaba el toque antiguo y misterioso que deseaba contagiar a la cinta. Acompañado de una banda sonora sobrecogedora interpretada por John Morris, acompañada por la inolvidable Adagio for Strings de Samuel Barber, años antes de que Oliver Stone la usase para su "Platton".
La historia en si no podría ser más interesante, siendo quizás lo más inquietante el que esté basada en hechos reales, ya que Joseph Merrick existió realmente y dejó un gran legado. El mensaje que daba la historia no podía ser más bello (perdonan la reiteración de este adjetivo, pero es que con esta crítica es el mejor), ya que trataba tanto sobre la belleza física como la del alma, haciendo claras distinciones. Ante la obvia fealdad y espanto que supone ver físicamente a Merrick, nos encontramos con una humanidad colosal por su parte, un espíritu puro a pesar de haber sufrido mucho a lo largo de toda su vida. Por contraposición nos encontramos al resto de la sociedad; el feriante que solo ve a Merrick como una fuente de ingresos a costa de su sufrimiento, la gente que va a visitarlo al hospital solo porque lo dicta una "Moda pasajera", el guardés que lleva a gente a la habitación de Merrick por la noche cobrando entrada... todo ello es un reflejo de la sociedad a la que pertenecemos y de la que nos avergonzamos ya que conectamos con el personaje del hombre elefante desde el primer minuto; incluso el propio Treves que aunque busca ayudarle, en un principio lo ve solo con interés científico.
Lynch hizo un gran trabajo de actores, dándole el papel de Merrick a un irreconocible John Hurt, que venía de recibir su primera nominación al Oscar por Midnight Express y de participar en la mítica Alien de Ridley Scott; un genial, aunque eclipasado, Anthony Hopkins (heredero de Richard Attenborough), en el papel de Treves; Sir John Gielgud, como secundario de lujo; y una estupenda Anne Bancroft en el papel de Mrs. Kendal, la única mujer que realmente siente algo de cariño y amistad sincera por Merrick.
La película obtuvo 8 nominaciones al Oscar, entre las que destacan Mejor Película (arrebatado por Ordinary People...); Mejor Director (arrebatado por Robert Reford, no solo a Lynch, sino a Polansky y a Scorsese), y Mejor Actor (ganando Robert de Niro, sin discusión).
Mi nota: UN 10!!! (Y la mejor película que he visto de la década de los años 80)
Con esta cinta, el genial David Lynch demostró al mundo entero, que aunque con ese toque inquieto y personal que firmaba con cada una de sus cintas, era capaz de trasformarlo en una cinta comercial como "The Elephant Man".
Para empezar, Lynch se decanta por una bella fotografía en blanco y negro como Scorsese ese mismo año con Toro Salvaje; (Inolvidable la primera escena en la que Treves se va adentrando en la sección de los fenómenos, como introduciéndose en un mundo extraño y desconocido; o el pase privado a los 10 minutos de película, en la habitación alquilada donde viven el feriante con el niñlo y Merrick). Eso le aportaba el toque antiguo y misterioso que deseaba contagiar a la cinta. Acompañado de una banda sonora sobrecogedora interpretada por John Morris, acompañada por la inolvidable Adagio for Strings de Samuel Barber, años antes de que Oliver Stone la usase para su "Platton".
La historia en si no podría ser más interesante, siendo quizás lo más inquietante el que esté basada en hechos reales, ya que Joseph Merrick existió realmente y dejó un gran legado. El mensaje que daba la historia no podía ser más bello (perdonan la reiteración de este adjetivo, pero es que con esta crítica es el mejor), ya que trataba tanto sobre la belleza física como la del alma, haciendo claras distinciones. Ante la obvia fealdad y espanto que supone ver físicamente a Merrick, nos encontramos con una humanidad colosal por su parte, un espíritu puro a pesar de haber sufrido mucho a lo largo de toda su vida. Por contraposición nos encontramos al resto de la sociedad; el feriante que solo ve a Merrick como una fuente de ingresos a costa de su sufrimiento, la gente que va a visitarlo al hospital solo porque lo dicta una "Moda pasajera", el guardés que lleva a gente a la habitación de Merrick por la noche cobrando entrada... todo ello es un reflejo de la sociedad a la que pertenecemos y de la que nos avergonzamos ya que conectamos con el personaje del hombre elefante desde el primer minuto; incluso el propio Treves que aunque busca ayudarle, en un principio lo ve solo con interés científico.
Lynch hizo un gran trabajo de actores, dándole el papel de Merrick a un irreconocible John Hurt, que venía de recibir su primera nominación al Oscar por Midnight Express y de participar en la mítica Alien de Ridley Scott; un genial, aunque eclipasado, Anthony Hopkins (heredero de Richard Attenborough), en el papel de Treves; Sir John Gielgud, como secundario de lujo; y una estupenda Anne Bancroft en el papel de Mrs. Kendal, la única mujer que realmente siente algo de cariño y amistad sincera por Merrick.La película obtuvo 8 nominaciones al Oscar, entre las que destacan Mejor Película (arrebatado por Ordinary People...); Mejor Director (arrebatado por Robert Reford, no solo a Lynch, sino a Polansky y a Scorsese), y Mejor Actor (ganando Robert de Niro, sin discusión).
Mi nota: UN 10!!! (Y la mejor película que he visto de la década de los años 80)
Reconozco que es una película que nunca me ha atraído demasiado, aunque después de tu crítica (esto es puro peloteo :) ), posiblemente me la descargue, uy perdon. Un abrazo
ResponderEliminarSean, adoro esta película, fue una de las primeras películas de blanco y negro que vi por primera vez y me encanto me enamore de ella, cuando leí de que trataba pensé que era de miedo, pero no es para nada como la califique, es una película preciosa con un gran ímpetu. Y pensar que no gano ningún Oscar.
ResponderEliminarSaludos!!
Una obra de arte, altamente recomendable.
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