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Hamlet, de Kenneth Branagh. La versión final.

El mundo, está desquiciado. Maldita suerte haber nacido yo para enderezarlo.

Épica, soberbia, atrevida, espléndida, colosal, y ante todo: "definitiva". Que sigan haciendo todas las versiones de todas las obras que escribió el dramaturgo inglés más famoso de la historia, pero que Hamlet la dejen en paz. Por favor, que lo hagan, porque lo de Kenneth Branagh es el punto y final de la unión entre cine y Shakespeare, en cuanto a la historia del príncipe danés se refiere.

Se suele decir que la historia es conocida por todos, pero nunca viene mal una pequeña introducción. El reino de Dinamarca está de celebración por el ascenso al trono de Claudio, hermano del difunto rey, Hamlet; y su unión con la reina, Gertrud, viuda de dicho rey. ¿Todos lo celebran?, no. Hamlet, príncipe danés, hijo del anterior rey no soporta la idea de que su tío se haga con la corona y con su madre, ocupando así por completo el lugar de su difunto padre en tan poco tiempo.

El ahorro, el ahorro, Horacio. La carne asada para el funeral fue buen entremés para el banquete nupcial.

Pero la aparición del fantasma de su padre le advierte de la dura verdad. Claudio es el responsable de la muerte de su padre, por lo que insta a Hamlet a la venganza, que se decide a ello fingiendo sufrir un fuerte pasaje de locura.

Ser, o no ser. Esa es la cuestión. Si es mejor para el alma soportar los golpes y dardos de la ultrajante fortuna, o revelarse contra un mar de adversidades y en dura pugna darles fin.


Hace ya unos treinta años, un crió fue a la representación de Hamlet protagonizada por Sir Derek Jacobi. El joven salió tan impresionado que llegó a cartearse con el actor inglés para hablar de la obra. Jacobi aceptó y ambos quedaron para discutir distintos aspectos de la misma.
Años más tarde, ese mismo muchacho estrenaría con gran éxito la adaptación de "Henry V". Este joven era Kenneth Branagh, muchos le apodarían "el nuevo Laurence Olivier", aunque desde mi punto de vista, la ventaja de Branagh sobre Olivier, es que uno adoraba el teatro y la actuación; y el otro el cine en su conjunto. Branagh intentó seguir trabajando como actor abordando otros temas que no tuvieran que ver con Shakespeare, pero 4 años después acabó adaptando "Much Ado About Nothing", o Muchos Ruidos y Pocas Nueces, la cual es considerada como la mejor adaptación de una obra de Shakespeare.
La crítica volvía a estar encantada con Branagh, lo cual fue el impulso necesario para que a sus treinta y pocos años decidiese adaptar la principal obra de Shakespeare. En sus propias palabras, era el momento perfecto. Hamlet era un personaje de 30 años, el tenía 34, era ahora o nunca.

Discutir, que debe ser la majestad, que el deber, porque el día es día, la noche, noche, y el tiempo al tiempo, sería perder día, noche y tiempo. Por eso, y porque la brevedad es señal de talento, y el tedio su gramaje y vano ornamento, seré breve.

El principal problema de esta obra era el gran número de adaptaciones ya existentes, lo que creaba una desagradable sensación de repetición. Henry V fue presentada con la ingeniosa idea del narrador por parte de un moderno Derek Jacobi en contraste con los personajes medievales de la obra, además de los recursos cinematográficos intentando alejar la típica plasmación de tele-film, como las películas de Olivier.
Otro problema existente era la reciente adaptación de Hamlet, protagonizada por Mel Gibson. Esta si presentaba unos personajes y unos escenarios más propios del medievo. Por lo que Branagh innovo como nunca nadie antes se había atrevido e inventó una Dinamarca de Hamlet ambientada en el siglo XIX. Fue, seguramente, el mayor riesgo que corrió a lo largo de toda la producción, y fue seguramente, uno de los puntos más aclamados. ¿Qué pensáis vosotros?

Branagh tenía las ideas claras, su Hamlet iba a ser la versión definitiva, por lo que si lo hacía, lo hacía bien. Su adaptación sería filmar la obra entera. Una obra que tiene 5 actos y cuya representación suele oscilar entre las tres y las cuatro horas. Y si lo hacía, tenía que dotar de una fuerza y personalidad a los principales personajes de la obra. Para esto último reunió seguramente al elenco de actores más exquisitos que uno se pueda imaginar. Leyendas del cine, jóvenes promesas, o colaboradores típicos de Branagh, siendo el papel principal para él.

Derek Jacobi (Claudio)
Julie Christie (Gertrud)
Kate Winslet (Ofelia)
Jack Lemmon (Marcelo)
Charlton Heston (Actor)
Billy Cristal (Enterrador)
Robin Williams (Osric)
Judi Dench (Hecuba)
Gerard Depardieu (Reinaldo)
Richard Attenborough (Embajador Inglés)
John Gielgud (Priamo)
Rufus Sewell (Fortinbras)

El lugar elegido para rodar la cinta sería el castillo de Blenheim, cerca de Oxford (residencia, por cierto, de la familia de Winston Churchill), como palacio danés; y unos espectaculares decorados interiores imitando un palacio real propio del siglo XVIII, XIX, en los estudios Shepperton de Londres.

Las razones agudos no entran en los oidos necios.

Factores a tener en cuenta. La fotografía de Alex Thompson, nominado al Oscar, con increibles planos secuencias que no dejan de moverse alrededor de los personajes, creando una sensación que recuerda al teatro pero que indudablemente, nos hace sentir la película. Caben destacar la primera escena de interior en el palacio, en la celebración del matromonio entre Claudio y Gertrud. Ese sin fin de colores vivos, los pétalos de rosas flotando por toda la sala, y Hamlet vestido todo de negro haciendo un contraste espectacular. El monólogo del "Ser o no Ser", enfrente de un espejo. Brillante. O (SPOILER) la escena final, llevando a Hamlet a hombros, todo improvisado por Branagh al firmar el guión. (FIN SPOILER)
La dirección de actores es perfecta. Muchos de los miembros del reparto jamás habían interpretado a Shakespeare, como Julie Christie o Kate Winslet, por lo que Branagh tuvo, no solo que explicarle como debían actuar, sino que debían sentir. Shakespeare es, en muchos casos, difícil de comprender, y la tarea de Branagh es hacerlo accesible a todo el mundo sin perder el vínculo vital de la obra con el teatro.
La banda sonora. Por obra y gracia de un Patrick Doyle en estado de gracia, y que fue nominado por la misma. Ya os la he comentado anteriormente en este blog. Y que para remate, como colofón final, termina con el tema In Place, interpretado por el mismísimo Plácido Domingo. Con dos cojones!!


La película fue presentada fuera de concurso en Cannes, y posteriormente estrenada mundialmente. Circularon dos versiones en los cines, una de dos horas y otra de dos horas y media, siendo la completa de cuatro horitas. Para los amantes del cine de Branagh y de Hamlet, son 4 horas que pasan volando. Incluso acabas con ganas de más. Es algo muy bárbaro.

Para ir terminando, comentar que la película recibió excelentes críticas, tanto por la innovación por parte de Branagh a la hora de adaptar la historia; tanto como su trabajo como director y actor. Kate Winslet y Chartlon Heston fueron los nombres más aplaudidos, y es que la labor de este último es sublime. Aunque la película fue injustamente tratada en la temporada de premios, siendo nominada únicamente a 4 Oscars (Mejor Fotografía, Mejor Banda Sonora, Mejor Guión Adaptado, Mejor Vestuario), cuando Mejor Película, Mejor Director y Actor (Kenneth Branagh), Mejor Actor de Reparto (Charlton Heston, Derek Jacobi) y Mejor Actriz Secundario (Kate Winslet).

Kenneth Branagh firmó con esta cinta su OBRA MAESTRA. Fue un, ya está, el que venga detrás de mi, está condenado al fracaso. Que os gusta, bien; que no, pues que es den. Olé tus huevos, Kenneth. Firmaste una autentica joya del cine. En el futuro te estudiaran, no solo como el moderno Laurence Olivier, sino como otro Orson Welles.


Mi Nota: 10!


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