Películas: City of Life and Death

Al cerrar el año 2009, cinematograficamente hablando, muchos de mis compañeros hablaban, y muy bien, de esta cinta china, Nanjing!, Nanjing!, de la que yo no había oído hablar. Quizás si hubiese prestado un poco más de atención al Festival de Cine de San Sebastian... pero la verdad es que no me atrae mucho, prefiero Sitges. Aunque a raíz de eso me descubro ahora haciendo la crítica de notable nueva cinta del cine bélico.

No la voy a catalogar de obra maestra, porque no lo es, mas si hubiese más películas como esta todos los años, el cine dejaría de estar en ¿crisis? Pero es así. El tercer largometraje de Lu Chuan es más que notable, superior a mucho de lo que se suele ver habitualmente, y coincidiendo ahora con el lanzamiento de The Pacific, parece que los aficionados a este género estamos de suerte.

La cinta cuenta la historia de la invasión del ejército imperio japones a la ciudad china de Nanking, capital del país por aquel entonces. Este hecho no es recordado como la invasión, sino como la violación de Nanking. Durante dicha invasión se asesinaron a más de 350.000 personas, convirtiéndose en unos de los mayores genocidios de la historia. En esta página encontré gran cantidad de detalles relacionados tanto como con la historia como con los personajes que aparecen en la película.

Narrada con gran fluidez y estilo, la cinta nos recuerda a otras películas como The Pianist de Polanski o Saving Private Ryan y Shindler´s List de Spielberg. La historia se centra, cronológicamente en los desgraciados hechos que acaecieron en la ciudad china, siguiendo a distintos protagonista en una cinta de historias cruzadas. Un soldado japones que, horrorizado, es testigo de las fechorías de sus compañeros; un matrimonio chico que trabaja para un diplomático alemán del partido nazi (John Rabe); unos soldados rebeldes chinos... Quizás lo más asombroso de la película es el modo en que nos cuentan la historia. Se limita a mostrarnos los hechos, tal y como fueron, si demonizar en demasía a los soldados japoneses ni victimizando a los chinos; que si, pero que es mostrado casi como un documental. Nosotros somos los que estamos ahí y debemos hacer nuestros propios juicios internos.

Filmada casi toda en cámara en mano, nos permite contemplar casi con los mismos ojos lo que sus protagonistas en todo momento. Con un diseño de producción alucinante, y unos medios técnicos y humanos asombrosos, la película debería pasar a formar parte de toda buena colección del amante del buen cine bélico.

Mi nota: 8.5



P.D.: Perdonan la poca sustancia de la crítica, pero hoy tengo veinte cosas en la cabeza y hasta que no la he terminado no me he podido aclarar. Posiblemente la mejore en breve.